Fantasmas del agua
Los fantasmas del agua tienen tres denominaciones
que parecen representar otros tantos tipos místicos, a pesar de que muchas
veces se confunden entre sí.
La más general es upora, es decir, fantasma del agua, que se aplica a todo animal fantástico del agua, pero a veces toma la forma antropomórfica.
Se supone que todas las aguadas permanentes tienen un upora que vela por su conservación.
Recogí esta leyenda que se refiere a la forma antropomórfica: Una joven fue a bañarse a una laguna y desapareció; la familia alarmada llamó a un "médico" viejo, quien se acercó a la orilla, pronunció oraciones y efectuó una serie de exorcismos consiguiendo así volver a recobrarla toda rasguñada por las totoras.
Vuelta en sí, la joven confesó que al meterse en el agua se le apareció el upora, que era un negro, quien al tomarla y llevársela le dijo que hacía mucho tiempo que la deseaba y estaba acechándola.
Es curioso notar que todos estos mitos cuando toman la forma antropomórfica son mitos fálicos.
El segundo tipo es el del pescado, llamado Pira-Ñú (pez negro), que se forma en las canoas viejas de timbó que se pierden en las correderas. Este pez es, por consiguiente, de gran tamaño, con la cabeza como la de un caballo, de grandes ojos y nada a flor de agua para echar a pique las embarcaciones.
Este monstruo devora rápidamente a los animales o personas que caen al agua.
El tercer tipo es el monstruo llamado Yaguarón, de coloración semejante a la del burro, pero éste generalmente no se aleja de las costas y es el que socava las barrancas para hacer caer a los animales que se acercan a la orilla, a los que destripa en un momento para comerles sólo los bofes, es decir, los pulmones.
La más general es upora, es decir, fantasma del agua, que se aplica a todo animal fantástico del agua, pero a veces toma la forma antropomórfica.
Se supone que todas las aguadas permanentes tienen un upora que vela por su conservación.
Recogí esta leyenda que se refiere a la forma antropomórfica: Una joven fue a bañarse a una laguna y desapareció; la familia alarmada llamó a un "médico" viejo, quien se acercó a la orilla, pronunció oraciones y efectuó una serie de exorcismos consiguiendo así volver a recobrarla toda rasguñada por las totoras.
Vuelta en sí, la joven confesó que al meterse en el agua se le apareció el upora, que era un negro, quien al tomarla y llevársela le dijo que hacía mucho tiempo que la deseaba y estaba acechándola.
Es curioso notar que todos estos mitos cuando toman la forma antropomórfica son mitos fálicos.
El segundo tipo es el del pescado, llamado Pira-Ñú (pez negro), que se forma en las canoas viejas de timbó que se pierden en las correderas. Este pez es, por consiguiente, de gran tamaño, con la cabeza como la de un caballo, de grandes ojos y nada a flor de agua para echar a pique las embarcaciones.
Este monstruo devora rápidamente a los animales o personas que caen al agua.
El tercer tipo es el monstruo llamado Yaguarón, de coloración semejante a la del burro, pero éste generalmente no se aleja de las costas y es el que socava las barrancas para hacer caer a los animales que se acercan a la orilla, a los que destripa en un momento para comerles sólo los bofes, es decir, los pulmones.
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